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20-ABRIL

Para ti

Todo. Nada

Todo. Nada

Anoche pensaba lo estupendo que sería poder hablar contigo, contarte todo lo que me está sucediendo, compartirlo como lo hacíamos antes, tenerte como amigo. Imposible, lo sé, pero debes entender que he pasado del todo al nada, mejor decir hemos pasado porque, aunque no sepa de ti, aunque ignore de  tus sentimientos, intuyo que también me echas de menos. Un cambio brusco de asimilar para cualquiera y si te dijera de mí, desde luego muy doloroso. Ojalá no te hubiera conocido jamás.

Descendiendo

Descendiendo

Si hace unos meses tocaba el cielo con la punta de mis dedos, ahora, un par de meses después,  empiezo a quemarme las plantas de los pies. Voy bajando en picado y sin saliente al que agarrarme.

La historia dels amants.

La historia dels amants.

Fa mes de cinc anys, per el voltant del Nadal, va començar la seva historia, la historia d’uns amants o els  amants d’aquesta historia. Llavors estaven plens de passió, de sexe, de desig...  Res no presagiava que avui, cinc anys i mig després, la seva historia estigues plena de passió, de sexe, de desig, d’estimació, d’amistat, de complicitat i d’un projecte de treball en conjunt.

Avui, cinc anys i mig després, no son tan sols amants, ara, encara que llavors no pensessin que passaría, a més de ser amants s’estimen. Han trobat la manera de passar més temps junts sense aixecar sospites. Han buscat la clau perquè les seves famílies es coneix in i... han trobat la manera de treballar junts sense que al més petit frec salti la flama de la passió. Això sí, fora de la feina segueixen sen els amants d’aquesta historia però, el més important, s’estimen.

Voy a verte de nuevo

Tengo marcado en el pecho
todos los días que el tiempo
no me dejó estar aquí.

Tengo una fe que madura
que va conmigo y me cura
desde que te conocí.

Tengo una huella perdida
entre tu sombra y la mía
que no me deja mentir.

Soy una moneda en la fuente,
tú mi deseo pendiente,
mis ganas de revivir.

Tengo una mañana constante
y una acuarela esperando
verte pintado de azul.

Tengo tu amor y tu suerte,
y un caminito empinado.
Tengo el mar del otro lado,
tú eres mi norte y mi sur.

Hoy voy a verte de nuevo,
voy a envolverme en tu ropa.
Susúrrame en tu silencio
cuando me veas llegar.

Hoy voy a verte de nuevo,
voy a alegrar tu tristeza.
Vamos a hacer una fiesta
pa’ que este amor crezca más.

Tengo una frase colgada
entre mi boca y mi almohada
que me desnuda ante ti.

Tengo una playa y un pueblo
que me acompañan de noche
cuando no estás junto a mi.

Tengo una mañana constante
y una acuerla esperando
verte pintado de azul.

Tengo tu amor y tu suerte
y un caminito empinado.
Tengo el mar del otro lado,
tú eres mi norte y mi sur.

Hoy voy a verte de nuevo,
voy a envolverme en tu ropa.
Susúrrame en tu silencio
cuando me veas llegar.

Hoy voy a verte de nuevo,
voy a alegrar tu tristeza.
Vamos a hacer una fiesta
pa’ que este amor crezca más.

Hoy voy a verte de nuevo,
voy a envolverme en tu ropa.
Susúrrame en tu silencio
cuando me veas llegar.

Hoy voy a verte de nuevo,
voy a alegrar tu tristeza.
Vamos a hacer una fiesta
pa’ que este amor crezca más.

Corazón contento

 

Ahir

Ahir

El color de las paredes era blanco, la luz radiaba desde el gran ventanal. Una habitación neutra que hubimos de llenar. Un lugar en la que no caben más sentimientos que los quisimos mostrar. Un clima perfecto decorado con nuestra ternura.

Una voz armónica, una sonrisa clara, unos besos apasionados, unas manos cálidas... no cabía mejor decoración.

Testimo

Tu olor en mi piel

Tu olor en mi piel

Hace un tiempo escribía más, tenía motivos para hacerlo. No es que haya dejado de escribir, no, no es eso. Siempre lo hice aunque no publicara la mayoría de las cuartillas que rellenaba. Escribía más porque el desamor te lleva a hacerlo. Hace que, aunque reniegues una y otra vez de la persona amada, siempre la tengas presente. Podemos escribir una y mil veces "no, no lo quiero" "nunca más quiero saber de él" pero, en el fondo, el sólo hecho de escribir sobre esa persona nos indica que lo hacemos porque le recordamos, porque no podemos apartarlo de nuestra mente y, mientras escribimos sobre él, estamos reviviendo nuestro recuerdo. No podemos hablar (escribir en este caso) sobre una persona de la que ya no nos acordamos.

 Ahora la situación ha cambiado para mí. Ya no siento desamor sino AMOR sí, con letras mayúsculas. Él, la persona a la que fueron dirigidos tantos de mis escritos, está muy cerca de mí. Me da paz, me da amor y ternura y, todo ese conjunto, hace que mi sonrisa esté a flor de piel a todas horas del día.

 Ya no necesito escribir sobre él para estar más cerca, ahora me basta con oler mis sábanas, una toalla o, incluso, mi propia piel.

 

 

A fuego lento

El peligro de algunos juguetes

El peligro de algunos juguetes

Eran amantes desde hacía varios años, más de cuatro para ser exactos. A pesar de que dicen que el tiempo calma la pasión, ese hecho no se producía en ellos. Cada encuentro era como el primero. Las brasas que dejaban encendidas, dado que las citas no eran tan próximas como ellos deseaban, se prendían con el primer beso; como si en aquellos instantes un vendaval las avivase al momento, como si el tiempo se hubiese detenido desde el último.

 Aún así, sin haber cumplido todos sus proyectos, un día decidieron que podían añadir algún complemento que aumentara el ardor del momento.

Él, sin preguntarle a ella, adquirió una serie de juguetes eróticos y se los mostró en su siguiente cita. Ella, que dicho sea, nunca había tenido la ocasión de observar los artilugios tan de cerca, pensó que, aunque no dijo nada, no le parecía buena idea sustituir el placer que le daba su hombre por el que le pudiera proporcionar todos aquellos chismes.

 Un día, después de muchas horas de amor, sexo y pasión y para sorpresa de él, fue ella la que le insinuó que podrían empezar por probar el más sencillo de todos. Ni que decir tiene que no sólo probaron con el más sencillo sino que, en vista del resultado sumamente placentero para ambos, decidieron que a partir de ese momento se harían imprescindibles en cada una de sus citas. Habían descubierto un nuevo mundo de placeres.

 Dado que los encuentros físicos eran esporádicos, él le comentó un día:

- Te voy a regalar uno de esos juguetes que tanto nos gustan para cuando no pueda estar cerca de ti. Para que pienses en mí cada vez que lo utilices.

- No por Dios, le comentó ella, ¿cómo voy a guardar algo así en casa? ¿Qué pasaría si mi marido lo descubre?

- Es pequeño, aunque potente. Encontrarás el lugar adecuado. Nada me gustaría más que sentir tus gemidos mientras te hago el amor por teléfono.

- Está bien, le dijo ella, en el fondo me gusta la idea, me excita pensar que es tu cuerpo el que me está dando placer no un simple aparato de frío metal.

Dicho y hecho, a los pocos días él le regaló un pequeño vibrador electrónico metalizado. Ni que decir tiene que esa misma noche y a través de la webcam pudieron comprobar que habían descubierto una nueva forma de amarse en la distancia.

Ahora el problema principal era que nadie descubriera su secreto así que, se dispuso a buscarle el lugar más adecuado. En un cajón no, ahí sería el primer sitio que buscarían. ¿Bajo el sofá? no, imposible, muy a la vista.... ¡Ya lo tengo! -suspiró ella pensando que sería el lugar donde más lo utilizaría- Cerca de la pantalla del PC. Así, no tendré que estar buscándolo cuando á conversación derive en pasión.

No, no puede ser, mi hijo se pasa muchas horas en esa habitación, estoy segura que en un momento u otro lo descubrirá.

Por fin, y después de mucho pensar, se le ocurrió que su bolso sería el lugar más adecuado. Tenía innumerables bolsillos, estaba siempre atestado de cosas inútiles y era difícil encontrar nada en él. Nadie se atrevería a buscar ahí, sabían que el bolso de mamá era como un pozo sin fin.

 La idea fue magnífica durante un tiempo pero, como la ley de Murphy siempre está ahí, no contó con que fuese otra persona la que un día registrara su bolso y...

Un día de esos en los que la familia se reúne en torno a un sinfín centros comerciales. Centros que parecen puestos en un perfecto orden para que puedas hacer una ruta, desde el primero al último. Centros en los que, aunque la primera pretensión era ir a pasar el día, siempre acabas con un montón de bolsas de no sabes qué porque no necesitabas nada.

Esa era la situación al entrar en uno de ellos. Ella iba cargada de bolsas, hacia mucho calor y pensó que la mejor idea era dejarlas en una consigna y, después de introducir el euro y guardar la llave en su bolso, decidió que tenía que ir a refrescarse la cara al baño (como siempre situado a la entrada de los centros)

Nada más salir del baño y pasar por delante de la puerta, en la que  además siempre está el guarda de seguridad con cara de pocos amigos, empieza el ¡piii, piiii, piiii! Ella no hacía más que mirar a todos lados, no podía ser ella, no, no... imposible pero, miraba adelante, atrás, a los lados y no había nadie más que ella y el guarda de seguridad que avanzaba hacia donde ella estaba. Toda la imagen que sus ojos podían alcanzar, a pesar del gran tamaño del local, eran: un guardia de seguridad avanzando y su familia a lo lejos observando qué estaba pasando. Tenía que reaccionar rápido, ¿qué podía ser lo que pitaba? Imposible ningún artilugio de la tienda porque aún no había pasado de la entrada. Cinturón metálico, no, no llevaba. Algún accesorio metálico. No, imposible. ¡Ya está, el vibrador ¡ Por Dios, no puede ser!. ¿Cómo lo hago yo ahora? ¿Qué excusa le daré a mi marido? ¿Qué dirá el guarda cuando lo vea? Tenía que pensar rápido. Nada más que acercarse el guarda ella le diría: No sé qué puede ser pero por favor, no me registre el bolso aquí.

Por un momento pensó que era mejor contarle toda la verdad al guarda, que tenía un amante, que le había regalado un vibrador... cualquier cosa antes que su marido se enterase. Estaba segura que él, el guarda, lo entendería. Y cuando ya estaba apunto de decir:

- mire Vd. Sr. Guarda yo.....

- Sra. He visto que dejó algunos paquetes en la consigna y que guardó la llave en su bolso.

- Sí, pero yo.... -acertó a balbucear-

- No se preocupe Sra. Sólo venía a comentarle que la llave lleva un dispositivo por si se olvidan de recoger sus pertenencias antes de salir del local.

- ¡Ah!, era eso -dijo ella sin atreverse a articular ni una palabra más-

- Que tengan un feliz día - le deseó el guarda sin más-

Con las piernas aún temblando se acercó a donde la esperaba su familia y su marido, preocupado por la situación, le preguntó ¿Cariño, qué ha pasado?

Nada cielo, que en esta tienda son muy amables y el guarda me ha indicado que no olvidemos recoger nuestros paquetes a la salida.

A partir de ese día pensó que el bolso no es el mejor lugar para un vibrador.

Vacaciones estivales

Vacaciones estivales

Llegan las vacaciones estivales, bueno no... digamos las vacaciones escolares que, al fin y al cabo, también son las mías.

Con ellas el ritmo de vida cambia, me levanto más tarde, me acuesto muuucho más tarde también. En esa época me puedo comparar a la cigarra que se pasa el día tumbada a la bartola. Cuando no es playa es piscina y cuando no siestecita en el sofá. Y no hablaré de las tardes-noches que nos pasamos en cualquier terracita al lado del mar.

Es mi mejor época del año... salvo por una cosa: que nuestros encuentros también están limitados. Entre los dos sumamos cinco pequeños espías que corretean todo el día por casa. Cinco mocosos que a la que suena el teléfono empiezan a preguntar: ¿quién es? Y claro... tampoco les podemos mentir cada día diciéndoles que es tu amiga fulanita o menganita porque, mocosos son, pero de tontos no tienen un pelo y seguro que la siguiente pregunta sería ¿Por qué le dices t’estimo a menganita?... ¡ayss niño, qué pesado estás en verano!

Aprovecho para decirlo ahora que no hay nadie: T’estimo.

Resumiendo

Resumiendo

Han transcurrido cuatro años y cuatro meses; de todo hemos tenido en ese tiempo: pasión, amor, deseo, sexo, placeres, ternura, dolor, amargura, miedo....

Cuatro años y cuatro meses, mil quinientos ochenta días. Un largo camino juntos donde también han tenido cabida palabras como éstas: Lágrimas, sonrisas, dudas, incertidumbre, desencuentros, indiferencia, desconfianza...

 Hoy encierro todas esas palabras en un solo significado: amor.

En torno a un círculo

En torno a un círculo ¡Son tantas las veces que me dejo seducir por ti!, tantas las veces que obligo a esa voz interior impertinente y consecuente a que guarde silencio mientras disfruto por enésima vez de tus palabras, de tus caricias, de tus promesas, de tus susurros, tantas como tantas son las veces que me miento al escucharlas. Sentimientos perdidos, como perdida estoy yo mientras me entrego al ritual de quererte con todo mi alma, suspirando por poder acariciar ese hilo de voz que, en forma de susurro, acaricia mis sentidos. Me dejo llevar por esos sentimientos que me pierden y con los ojos cerrados te reconstruyo a mi lado, mi cuerpo se estremece al sentir el contacto de tus manos, mis labios sucumben a tus besos y mis brazos se aferran a tu cuello para atraparte en mí para siempre…. Minutos después el holograma se difumina, lo que antes veía claro ahora se va borrando y, una vez más, es cuando siento que nada ha cambiado, sigues siendo el mismo de siempre al que tantas veces amo como aborrezco.  

A solas contigo

A solas contigo

Hoy soñé contigo. No sé exactamente qué soñé, no lo recuerdo, pero sí sé que tu presencia aún seguia en mi habitación al abrir los ojos esta mañana. 

Es curioso el poder que puedo llegar a ejercer sobre mi mente para aislarme de este mundo y crear uno en el que sólo estemos tú y yo. Cierro los ojos con gran la gran fuerza que mi amor por ti me proporciona e invoco a mi alma para seguir teniéndote durante el sueño, tenerte para mí sola, ser sólo tuya. Aunque durante el día tengamos que ocultarnos, de noche espero tu presencia. En algún lugar de mi habitación te agazapas entre las sombras y esperas a que mis párpados caigan para cobrar vida. 

 Mañana, aunque el sol esté en lo alto, me tendrás a tu lado.  

Sin dudas

Sin dudas

Hoy vale la pena dejar en este lugar lo que siento. 

No imaginaba que íbamos a retomar la relación en el punto que la dejamos. Parecía que fue el día de ayer cuando nos vimos por última vez y, hoy, al sentir tus labios en los míos pensé que el tiempo se había parado a nuestro favor, que nada de lo que nos hemos reprochado durante ese largo periodo ha sido verdad. Que lo nuestro tuvo un principio pero, no tiene final. 

P.S: Passi el que passi ens estimarem sempre. Ara ja no tinc dubta.

Entre las sábanas

Entre las sábanas  

Intento escribir alguna cosa coherente durante el día, que es cuando más tiempo tengo, pero no, imposible enlazar dos frases con algún significado.

No es por falta de temas, de esos tengo muchos pero, cuando no me interrumpe el teléfono me interrumpe el ruido ensordecedor de las obras continuas a mi casa, así no hay forma.

Espero la noche o mejor dicho, la madrugada para pensar todo lo que me gustaría escribir, que es mucho pero... las mejores ideas surgen cuando mi cabeza está reposando sobre la almohada y entonces me falta lo más esencial, lápiz y papel. Tampoco es lo único que necesito para plasmar mis escritos, cierto es que poco podría escribir en la oscuridad. Aunque pensándolo bien.... Quizá sea que no me falta nada sino que me sobra. Me sobra la voz cercana que me dice noche tras noche: ¿Aún no has terminado de leer? Quiero dormir, apaga la luz.

Algunas veces por no oír tan molesto murmullo, sí porque a murmullo es a lo que me suena, me voy al salón y si el libro está interesante puedo quedarme hasta las cuatro de la mañana, incluso alguna vez he visto clarear el día. Entonces, como quien acaba de cometer un delito, me escurro entre las sábanas como si de una serpiente se tratara.

Esta semana, a falta de fuente de inspiración, recurrí a esas sábanas que me recuerdan a ti, esas que dejaron tu olor impregnado perennemente.

 

 

Por ÉL y para ÉL

Por ÉL y para ÉL  

Hace un par de días llamé a una amiga para preguntarle sobre un tratamiento médico que sigue su hijo desde hace algunos años. Mi hijo se encuentra en la misma situación que el suyo y nadie mejor que quien ya ha pasado por ello para indicarme.

Terminada la conversación y después de mis innumerables preguntas, pacientemente contestadas por ella, fue ella la que me hizo una pregunta a mí. "¿De dónde sacas tanta fuerza, tanta entereza para sobrellevar todo lo que te cae encima?" En ese momento le contesté: Roser, el toro por los cuernos, no tengo más opción que ser fuerte, si no lo hago yo ¿quién lo va a hacer?

Después de reflexionar sobre lo que me dijo me he dado cuenta de que no es fuerza lo que tengo, no es valentía, es una lucha por la supervivencia, es emplear una escala de valores para decidir qué es lo más importante en cada momento.

 Todos tenemos problemas más o menos importantes en esta vida, y creo que debemos resolverlos conforme el valor que tiene cada uno, de esta forma puedo decir que mis energías las gasto en lo que más me preocupa, el problema médico de mi hijo. Todo lo demás es banal. Que si los amores correspondidos o no, que si el armario no está ordenado, que si me engordo un kilo...¡¡bah!! Qué les den a todas esas tonterías.

Desde hace unos años vengo insistiendo en que mi hijo no crecía como lo había hecho hasta ahora. La pediatra me decía que era normal, que un niño a cierta edad no podía seguir el mismo ritmo de crecimiento etc... Salía de la consulta nada convencida, ¿será la llamada intuición de madre lo que me hace llegar a obsesionarme?, eso me decía a mí misma para auto convencerme, pero algo en mi interior me decía que no, que estaba segura de que algo estaba pasando, así que, tanto insistí que al final me hicieron caso. Resultado: Déficit de hormona de crecimiento. Ahora todo es correr, pruebas y más pruebas para intentar demostrar a un Comité de Sanidad que mi hijo necesita hormona de crecimiento lo más rápido posible. Ya no me basta con tener que afrontar la enfermedad y sus consecuencias (podría quedarse con 150 cm.), ahora también se trata de luchar contra la Administración para que sean justos con un niño.

Mi fuerza, sí, esa de la que hablaba mi amiga, me lleva a buscar por todo el mundo la forma de conseguir la dichosa hormona en caso de que Sanidad me la deniegue porque... no es sólo cuestión de que te quieran financiar los 1.200€ mensuales, es cuestión de que ni tan solo te la quieren vender. No puedo estar viendo cómo pasa el tiempo y que el futuro de mi hijo esté en manos de unos señores que ni sienten ni padecen cuando emiten sus veredictos. Como yo sí padezco, siento y sufro voy a llegar al fin del mundo si es necesario para encontrarla.

Por si todo eso fuese poco, también debo luchar con la sociedad en general, los más allegados y los más alejados ya que, por respeto, te ves obligada a explicarles en qué situación te encuentras. Me cae el alma al suelo cuando una "amiga" te dice: ¿Cómo  dejas que le hagan todas esas pruebas tan peligrosas a tu hijo? Total... ¿qué más da que sea dos centímetros más alto? Claro está que la que me lo dice no sobrepasa mucho del metro cincuenta.

Y tampoco resulta nada agradable hablar con tu propia madre y que una vez que le has contado en qué situación te ves metida y esperando un atisbo de compresión por su parte va y te suelta: ¿Otra vez estáis liados con el niño? Pobrecito, dejadlo ya en paz. ¡¡Vamos!!, como si cada pinchazo que le dan a él no lo sufriera yo, como si cada ingreso en el hospital fuesen unas vacaciones para mí.

Ya ves, a pesar de luchar contra corriente sigo ahí, y ahí me mantendré, luchando contra todos y por lo que más quiero, mi hijo.

No

No  

Hace unos días que sin decírtelo te lo dije, no me busques, no me rondes.  Ahí estás tú de nuevo, buscando una tercera oportunidad  ¿No son muchas ya?

Imploras mi perdón sin pedirlo. Buscas mi debilidad con tus cuatro palabras "Déjame regresar. Por favor"

Dices que para todo hay una explicación pero... yo ya las escuché todas de ti y ninguna cierta.

Has hecho que mis palabras más duras fueran dedicadas a ti. Que lo que nunca te dije en todo este tiempo te lo haya tenido que decir ahora. Ya no soy la persona débil que conociste, ahora me siento fuerte por haber superado mi debilidad por ti.

Me siento tan colmada de mí que ya nadie podría hacerme daño, ni tú. Quiero ser la mala yo también, sentirme dañina, diabólica, capaz de destruir todo lo que me impida seguir con mi camino. Quiero quemar toda esta adrenalina que llevo dentro, y ahora es el momento, en este justo momento sé que puedo y quiero sentir que las normas no son sólo para mí. En este momento sé que los derechos no son sólo para ti. Que los silencios no son sólo tuyos.

Aléjate

Aléjate  

Siento tu presencia rondar mi existencia y es lo último que quiero, aléjate de mí. No habrán más oportunidades, ya te las di todas.

Tal vez si invadieses de nuevo mi  vida, sufriría un bache, estoy segura de que mis convicciones cojearían. Así que, no lo hagas, ni se te ocurra. No sigas mis pasos, no hurgues en mi vida y no aproveches mi debilidad para descolocar la paz en la que vivo. Sigue entre las sombras, como los fantasmas que nunca vemos y, permíteme que siga con mi tranquila vida que, de momento, es la única que quiero. Si alguna vez nos cruzamos procura que yo no te vea, si presientes que estoy cerca no me busques y si me encuentras haz ver que no me has visto.

 

Como si de ayer se tratara

Como si de ayer se tratara  

El pasado viernes mi "peque" festejaba su cumple. Ya no es tan "peque", hace trece años que nació. Fue un veintinueve de junio; recuerdo cada detalle de ese día como si de ayer se tratase.

Faltaban aún diez días para el alumbramiento y el médico, en una de las visitas rutinarias, me dijo que porqué esperar a que se presentara en cualquier momento, que podíamos programarlo para, o al día siguiente o dentro de tres días. No lo pensé, sería al día siguiente; quería tenerlo entre mis brazos cuanto antes, aunque ello significara que a partir de ese momento dejaba de ser exclusivamente mío.

A las 15:35. después de pasar cinco horas con dolores, dolores que no lo eran tanto cuando pensaba que todo era por él, el médico, ya en el quirófano, me pidió que extendiera mis manos hacia él, pensé que formaba parte del protocolo del parto, algo así como comprobar la circulación de mi sangre; cual fue mi sorpresa al notar entre mis manos la cabeza de mi niño, sí, estaba ayudando a mi hijo a venir al mundo con mis propias manos. Aquella bolita gordita de pelo rubio y puños cerrados buscaba el calor de mi cuerpo... Le quise tanto desde ese momento...

Hoy, después de trece años, festejaré su brillante sonrisa, su tierna mirada, sus mimos de ángel. Festejaré los trece preciosos años de felicidad que me ha regalado sin haber hecho nada para merecerlo. Festejaré lo afortunada que soy al tenerlo.

Libre

Libre  

No tengo ni idea de si estás vivo o muerto, si estarás bien o mal, si sigues siendo el mismo o no, y te puedo asegurar que ni ganas tengo de saberlo... cabalas en mi cabeza por una simple curiosidad, (tampoco deseo saberlo). Tampoco yo soy la misma. No, para nada. Lo creas o no, después de una experiencia tan maléfica, ahora soy más fuerte. De todo se saca provecho y, ahora es cuando me doy cuenta que en el fondo ha resultado efectivo para mí.

No me siento dispuesta para comprender lo que he aprendido o dejado de aprender, ni tan solo para buscarle una moraleja a la historia. Mientras más voy sacando la cabeza del agujero en que me aprisionaste, más cuenta me doy que soy libre, libre y segura de mí misma, sin temores ni angustias, sin esperar que mi felicidad dependa de los demás o, lo que es lo mismo, de ti.

Ya no necesito deshojar la margarita.